Լa región de Nagorno Karabagh, en el Cáucaso, contiene
históricamente una población mayoritariamente armenia. No obstante, en
tiempos de la Unión Soviética, en 1921, esa región fue arbitraria y
caprichosamente asignada a Azerbaiyán. En 1988, la población de Karabagh pidió formalmente separarse de Azerbaiyán. Esa circunstancia provocó
masacres y persecuciones contra los armenios que derivaron en un duro
conflicto armado hasta 1994. El enfrentamiento terminó con el triunfo
del ejército de Nagorno Karabagh. Se acordó un alto el fuego suscripto
tanto por la República de Armenia como por la de Azerbaiyán, así como
por los representantes de Nagorno Karabagh, república fundada en 1991 con
el respaldo de un referéndum y las instituciones propias de la
democracia. Desde entonces, ese territorio procura que su existencia
independiente obtenga el reconocimiento internacional.
No obstante, los presidentes de Armenia y
Azerbaiyán se reunieron en presencia del presidente de la Federación
Rusa, Vladimir Putin. Allí, Aliyev expresó voluntad de encontrar
soluciones al conflicto "a través de negociaciones y medios pacíficos".
Esa posición fue compartida por el presidente armenio, Serzh Sargsyan.
Las
expresiones de buena voluntad de ambos mandatarios y el apoyo del
presidente Putin deberían obrar como inicio de una nueva etapa de
conversaciones entre las partes, con el objeto de encontrar soluciones
definitivas que terminen con la tensión. La estrategia debería ser no
postergar indefinidamente la resolución de este conflicto.
Hacemos
votos para que, a través de las recientes conversaciones, se arribe a
definiciones que generen la necesaria estabilidad de la que hoy la
población de Nagorno Karabagh y toda la región carecen.
"La Nación", 25 de agosto de 2014 (editorial)
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