Vartán Matiossián
Como
hacen sus pares en todo el mundo cada tanto, el embajador turco en la
Argentina, Taner Karaka, ha declarado que “me siento obligado a señalar las
engañosas analogías y la incorrecta información histórica” (“La Nación”, 26 de
abril de 2013). Esta vez, el motivo de su inquietud es un artículo publicado
por el escritor Marcos Aguinis en “La Nación” (12 de marzo de 2013). Con el
probable argumento de la libertad de expresión garantizada por la Constitución
como telón de fondo, el diario--que ha publicado docenas de notas y editoriales
claramente favorables a los reclamos armenios con el correr de los años--ha
dado lugar a su réplica un mes y medio después. La respuesta no es de la clase
que haya necesitado tanto tiempo para elucubrarse, sino de la que simplemente
requiere "corte y pegado" en cualquier computadora de la cancillería
turca, a lo sumo con la colaboración de un traductor público. No obstante, el
hecho de que se haya publicado dos días después de la conmemoración del 98º
aniversario del Genocidio Armenio no parece una casualidad.
El
negacionismo es un delito ético, aunque no esté tipificado en la legislación
argentina; el Sr. Karaka titula su artículo "El genocidio, un delito
definido por la ley", un título "éticamente problemático", para
usar una de sus expresiones preferidas, y recurre a la negación sin advertir
que el Genocidio Armenio es un delito reconocido por la ley 26.199 de la
República Argentina y condenado por
la justicia argentina en sentencia definitiva: "El Estado turco cometió el
delito de genocidio en perjuicio del pueblo armenio en el período comprendido
entre los años 1915 y 1923" (Juzgado Federal Criminal y
Correccional Nº 5, Secretaría Nº 10, causa 2616/2002 "Imp. NN su denuncia.
Querellante: Hairabedian, Gregorio," fallo del 1º de abril de 2011). La
sarta de disparates que el Estado turco impone a sus diplomáticos cuando se
refieren al Genocidio Armenio constituye una apología del delito. La
publicación de "La Nación", más allá de los reparos que se puedan
hacer (uno puede preguntarse si el mismo diario hubiera publicado un artículo
de un embajador de un país determinado que negara la existencia del genocidio
judío), es una oportunidad bienvenida para ridiculizar una vez más el negacionismo,
cometido que cumple la mayoría aplastante de los 61 comentarios registrados en
el sitio web, a pesar de los comprensibles excesos de vehemencia y de las
ocasionales ausencias de racionalidad. La mayor parte, según parece, pertenece
a lectores de origen armenio, y es lamentable que lectores de origen no armenio
no se hayan aunado en número significativo para decir lo suyo. El Medz
Yeghern, la Shoá y cualquier otro genocidio son crímenes contra la
humanidad, y nada de lo humano nos puede ser ajeno.
"Sardarabad", 1o. de mayo de 2013
El
escrito del Sr. Karaka es una buena muestra de la profunda evolución de Ankara
en sus tácticas para negar la verdad. El "enfoque más sutil" que el
diplomático atribuye a Aguinis es precisamente lo que él mismo hace gala.
Para
evitar que nuestra respuesta sea considerada parcial, vamos a desmenuzar el
artículo en su totalidad y a comentarlo parte por parte:
1)
"Los turcos no niegan el sufrimiento de los armenios durante la Primera
Guerra Mundial. Muchos armenios murieron o fueron asesinados en ese trágico
período. Sin embargo, sin duda muchos más turcos perecieron en el período
previo y durante esa guerra".
a) Alemania
sufrió entre 5,5 y 6,9 millones de muertos durante la Segunda Guerra Mundial.
De acuerdo con el razonamiento de Ankara, los 6 millones de judíos y el medio
millón de Sinti y Roma muertos o asesinados por los nazis contarían menos que
los muertos alemanes.
b) Si se habla del
"sufrimiento de los armenios durante la Primera Guerra Mundial", no
se puede traer a colación "el periodo previo" para los turcos.
c) Los turcos que
perecieron no fueron deportados en caravanas a los desiertos de Siria y Arabia
para morir en el camino. Si eran militares, combatían en una guerra; si eran
civiles, fueron lo que ahora se estila llamar "daño colateral".
2)
"El hecho es que los acontecimientos de 1915 son incomparables a lo que
sucedió en Alemania entre 1933 y 1945. Es éticamente problemático y sumamente
injusto, tanto para los turcos como para los judíos, tratar de establecer una
analogía entre el Holocausto, un fenómeno reconocido a nivel mundial, y los
eventos de 1915, sobre los cuales continúa una genuina controversia
histórica".
Para tener derecho de hablar sobre el tema, el
embajador turco debe citar 10 especialistas reconocidos – no hablamos de
"especialistas" como Justin McCarthy, Heath Lowry o Guenter Lewy—que
mantengan una "genuina controversia histórica".
3)
"Las diferencias entre los dos en términos de naturaleza, propósito y
alcance son tan amplias que hacer una comparación resulta altamente
problemático".
La comparación parece ser problemática para el
Sr. Karaka y sus empleadores, pero no para Robert Melson, un historiador de
familia de sobrevivientes del Holocausto y ex presidente de la Asociación
Internacional de Estudiosos del Genocidio (IAGS), quien hizo la comparación en
un libro publicado hace veinte años: “Revolution and Genocide: On the
Origins of the Armenian Genocide and the Holocaust”.
4)
"El autor menciona la repetida frase atribuida a Hitler ("¿Quién se
acuerda del genocidio armenio?"). No hay ninguna evidencia verdadera
disponible de que Hitler se haya referido a los armenios de esa manera. De
hecho, los juicios de Nuremberg rechazaron todo documento que incluyera
cualquier expresión parecida atribuida a Hitler".
Obviamente, el jerarca nazi no inventó la
palabra "genocidio" antes que Raphael Lemkin. La frase en alemán, se
traduce: "¿Quién se acuerda hoy de la aniquilación de los armenios?"
Y si el embajador está interesado en la "evidencia verdadera disponible",
ésta existe, pero es él quien no se ha dado por enterado.
5)
"Además, de haber realizado Hitler esa declaración, ¿deberían sus ideas
personales sobre temas específicos ser tomadas como referencia para avanzar en
un argumento? De hecho, la supuesta declaración de Hitler es tan poco confiable
que hoy es solamente utilizada por aquellos que quieren influir en audiencias
desinformadas".
La referencia de Hitler no se usa para avanzar
en un argumento. Se usa para indicar que incluso Hitler sabía lo que habia
pasado. Y lo sabía tan bien que habia mencionado el exterminio de los armenios
por primera vez en 1931, ocho años antes de la invasión a Polonia y de
su mención del 22 de agosto de 1939.
6)
"A menudo se olvida que el genocidio es un delito específico definido por
la ley internacional. La Convención de 1948 nos dice qué es genocidio y cómo
puede determinarse: un tribunal internacional competente puede establecer si un
evento es un genocidio. Ese fallo judicial existe para el Holocausto, Ruanda y
Srebrenica. Sin embargo, ningún fallo de este tipo existe para 1915".
La Convención de 1948, artículo 2, establece
cinco diferentes actos de exterminio con intencionalidad parcial o total de
destruir al grupo. El genocidio armenio cumple los cinco (el asesinato
de madres embarazadas en las caravanas de deportados significa impedir que se
produzcan nacimientos en el grupo).
7)
"El Holocausto se basó en una ideología racista; se nutrió del
antisemitismo que prevaleció en Europa durante siglos".
El genocidio armenio se basó en una ideología
proto-racista; se nutrió de la discriminación que prevaleció en el Imperio
Otomano durante siglos.
8)
"Los judíos no se habían rebelado contra el gobierno alemán, no habían
cooperado con las potencias extranjeras contra Alemania, no habían traicionado
al ejército alemán y tampoco constituían una amenaza para el Estado
alemán".
Las "rebeliones" armenias fueron
actos en defensa propia, tanto se trate de la tan meneada defensa de Van como
de la del Musa Dagh; la rebelión contra un estado opresor no es un crimen
en derecho internacional. (¿O acaso el levantamiento del gueto de
Varsovia fue una "rebelión"?) Los armenios solamente reclamaron de
las potencias extranjeras que hicieran cumplir las reformas prometidas por el
tratado de Berlín que ellas mismas habían garantizado; si el Imperio Otomano
las hubiera cumplido entre 1878 y 1914, nadie las hubiera reclamado a los
garantes. Después del desastre de Sarikamish, en enero de 1915, Enver pashá,
uno de los miembros del triunvirato que dirigia el imperio, fue salvado por un
soldado armenio. ¿Qué amenaza para el Estado otomano constituían los armenios
turcoparlantes de Ankara, por ejemplo, que se consideraban a sí mismos
"francos" y vivían en el centro de Asia Menor, lejos de cualquier
frente de batalla?
9)
"Las mismas observaciones no se pueden aplicar a los grupos militantes
armenios del Imperio Otomano que cooperaron con los ejércitos invasores".
No hay ninguna prueba--excepto que haya sido
fabricada por el gobierno genocida--de que entre noviembre de 1914 y abril de
1915 los "grupos militantes armenios del Imperio Otomano ... cooperaron
con los ejércitos invasores".
10)
"Los judíos fueron aniquilados en una consciente, planificada, coordinada
y sistemática campaña de desgaste".
Los armenios fueron aniquilados en una
consciente, planificada, coordinada y sistemática campaña que, en vez de
desgastarlos durante seis años (1933-1939), los "gastó" en un año
(1914-1915).
11)
"Durante la reubicación de la población armenia, el Imperio Otomano tomó
medidas de seguridad para proteger las caravanas".
La "seguridad" de la que
"gozaron" las caravanas puede advertirse en la comparación de la
cifra de personas que partieron de una localidad determinada con la de quienes
arribaron a destino.
12)
"El gobierno otomano condenó y castigó severamente a alrededor de 2000
administradores civiles y militares que dañaron o maltrataron a los armenios
durante su reubicación. Por el contrario, los judíos fueron matados donde
estuviesen y quienes protegían a los judíos fueron castigados
severamente".
Sería interesante que el Sr. Karaka publique la
lista completa de los 2000 administradores y los "severos" castigos
que sufrieron. Nosotros solamente conocemos la lista de los gobernadores que
fueron "reubicados" de sus cargos por negarse a ejecutar la
"reubicación".
13)
"Los acontecimientos de 1915 no son comparables con el Holocausto. Ambas
partes sufrieron en este período. A los armenios les gustaría establecer su
narrativa nacional como la verdad indiscutible, pero esto no conduce a la
reconciliación. Los turcos y los armenios deben trabajar para reconstruir la
amistad histórica que existía desde hace siglos, hasta finales del siglo XIX y
principios del XX, sin olvidar los momentos difíciles de su pasado común. El
diálogo y los estudios académicos conjuntos entre las dos naciones son
esenciales para resolver este tema controversial".
La lectura de los documentos alemanes y
austríacos, aliados del Imperio Otomano en la Primera Guerra Mundial, puede dar
una pista sobre la narrativa del genocidio que, vaya casualidad, tiene
numerosas coincidencias con la "narrativa nacional". La "amistad
histórica" de la que se habla fue la relación entre amos turcos y siervos
armenios, lo que equivaldría a hablar de la "amistad histórica" entre
amos blancos y esclavos negros en el sur de los Estados Unidos hasta 1865.
Seguramente que el diálogo entre historiadores puede ayudar, pero la Sociedad
de Historia Turca y sus similares heredados del autoritarismo kemalista no son
el ámbito donde se podrán hacer "estudios académicos conjuntos".
Los
sofismas y las falacias no alcanzan para ocultar que la única verdad es la
realidad: Turquía es un Estado que ha cometido un crimen contra la
humanidad, como ya fuera denunciado el 24 de mayo de 1915 por las
potencias aliadas. Su nombre moderno es genocidio.
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