Natalio Cosoy
¿Cómo terminó Uruguay envuelto
en un conflicto diplomático con la más grande ex república soviética del
Cáucaso, Azerbaiyán, a más de 13.000 kilómetros de distancia de
Montevideo?
Todo comenzó con la visita de una delegación de
parlamentarios uruguayos a Armenia, quienes el 13 y 14 de noviembre
cruzaron a Azerbaiyán [*] e ingresaron en la región separatista de Nagorno
[Alto] Karabagh, en la que viven algo menos de 150.000 personas de origen
armenio, y se reunieron con autoridades locales.
Al saber de la visita, Azerbaiyán, que considera al territorio de Nagorno Karabagh como propio, envió una queja formal a la Cancillería uruguaya en la que solicitó que investigue qué fue lo que sucedió. La nota sostenía que la visita fue realizada sin permiso del gobierno azerbaiyano, que fue ilegal, y que podría afectar las negociaciones y el proceso de paz entre ese país y Nagorno Karabagh.
Los armenios de Nagorno Karabagh creen -y
Azerbaiyán teme- que Uruguay podría convertirse en el primer país en dar
reconocimiento al estado de facto.
La agencia de noticias APA (Agencia de Prensa de
Azerbaiyán, una empresa privada de distribución de noticias del
Cáucaso) publicó una parte de la respuesta del país sudamericano a la
queja de Azerbaiyán, donde se lee que el "principal deseo del gobierno
de Uruguay no es otro que hacer esfuerzos para resolver el conflicto". Y
agrega que el comportamiento o las posiciones uruguayas "no deben ser
interpretadas fuera de ese marco".
El origen del conflicto
En 1991, tras la ruptura de la Unión
Soviética y en medio de un conflicto armado entre la minoría armenia en
Nagorno Karabagh (respaldada por Armenia) y Azerbaiyán, la región
montañosa se declaró independiente en forma unilateral.
Esa guerra, que había comenzado en 1988 y se extendió hasta 1994, fue uno de los más sangrientos conflictos disparados tras la ruptura del bloque soviético. Decenas de miles de personas murieron y cerca de un millón debieron huir de sus hogares. Unos 800.000 azeríes dejaron Karabagh [**], mientras alrededor de 300.000 armenios que vivían en el norte de Azerbaiyán, se refugiaron en Armenia.
Aunque hace 20 años que Karabagh se declaró independiente, el estatus de la región no se ha resuelto aún, ya que ninguna nación en el mundo le ha dado reconocimiento.
Hasta el momento, la comunidad internacional le ha dado casi íntegramente la razón a Azerbiayán.
Ni siquiera Armenia reconoce a Nagorno Karabagh como un estado independiente, entre otras cosas porque podría causarle un problema a Rusia, que es su aliado pero también mantiene vínculos con Azerbaiyán.
La única institución estatal que ha reconocido a Karabagh ha sido, este año, el Parlamento del mayor estado de Australia, Nueva Gales del Sur.
Azerbaiyán considera a Nagorno Karabagh parte de sus territorios históricos. Y que aunque no hay un elemento económico en la disputa, sí hay un componente cultural. Algunas de las principales figuras artísticas y culturales azerbaiyanas provienen de la región, por lo que sienten que esa es una de las cunas de su cultura [***].
Pero Armenia y las personas de origen armenio que habitan en Karabagh dicen que ese pueblo tiene derecho a su autodeterminación.
Los intentos de mediación internacional encabezados por Estados Unidos, Francia y Rusia no han logrado darle una resolución definitiva al conflicto.
Esa guerra, que había comenzado en 1988 y se extendió hasta 1994, fue uno de los más sangrientos conflictos disparados tras la ruptura del bloque soviético. Decenas de miles de personas murieron y cerca de un millón debieron huir de sus hogares. Unos 800.000 azeríes dejaron Karabagh [**], mientras alrededor de 300.000 armenios que vivían en el norte de Azerbaiyán, se refugiaron en Armenia.
Aunque hace 20 años que Karabagh se declaró independiente, el estatus de la región no se ha resuelto aún, ya que ninguna nación en el mundo le ha dado reconocimiento.
Hasta el momento, la comunidad internacional le ha dado casi íntegramente la razón a Azerbiayán.
Ni siquiera Armenia reconoce a Nagorno Karabagh como un estado independiente, entre otras cosas porque podría causarle un problema a Rusia, que es su aliado pero también mantiene vínculos con Azerbaiyán.
La única institución estatal que ha reconocido a Karabagh ha sido, este año, el Parlamento del mayor estado de Australia, Nueva Gales del Sur.
Azerbaiyán considera a Nagorno Karabagh parte de sus territorios históricos. Y que aunque no hay un elemento económico en la disputa, sí hay un componente cultural. Algunas de las principales figuras artísticas y culturales azerbaiyanas provienen de la región, por lo que sienten que esa es una de las cunas de su cultura [***].
Pero Armenia y las personas de origen armenio que habitan en Karabagh dicen que ese pueblo tiene derecho a su autodeterminación.
Los intentos de mediación internacional encabezados por Estados Unidos, Francia y Rusia no han logrado darle una resolución definitiva al conflicto.
Uno de los elementos que sostiene la esperanza
en Karabagh de que Uruguay reconozca su independencia es el hecho de que
en 1965 Uruguay fue el primer país del mundo en decir que las matanzas
masivas de armenios llevadas a cabo por el Imperio Otomano durante el
período de la Primera Guerra Mundial se habían tratado de un genocidio.
Uruguay también fue la primera nación
latinoamericana en reconocer al Estado de Israel en 1948. Y en 2011
reconoció la existencia de un Estado palestino.
A todo eso debe sumarse el rol de la diáspora
armenia en Uruguay, integrada por descendientes de inmigrantes que
llegaron en la década de 1920, huyendo de la masacre que el Imperio
Otomano -actual Turquía- llevó a cabo contra los armenios de la región a
comienzos del siglo XX.
Esa colectividad es pequeña (menos de 16.000
personas), pero tiene peso dentro de un país con más de 3,3 millones de
habitantes. "Muchos descendientes de armenios en Uruguay ocupan
posiciones importantes en diferentes áreas de la sociedad; de la
política al deporte, de los negocios a los medios", le explica a la BBC
Felipe Arocena, Profesor de Sociología de la Universidad de la República
de Uruguay.
Arocena agrega que su país es "muy sensible a la
opinión de la diáspora armenia". Ciertamente, desde la colectividad
armenia defienden su derecho a cabildear para que el gobierno lleve
adelante ciertas políticas, como respaldar la causa de Nagorno Karabagh.
"¿Cuál es el problema?", le dijo a la BBC el Dr.
Gustavo Zulamián, ex presidente de la Unión General Armenia de
Beneficencia de Uruguay.
"Los lobbies existen en todos",
explicó. "Nosotros somos armenios en Uruguay, pero somos uruguayos
también, y es obvio que uno tiene injerencia en los países en los que
vive".
"¿Acaso Azerbaiyán no hace lobby en otros lados? Ese es el juego político de estos tiempos", sentenció.
A fines de julio de este año el presidente de
Uruguay José Mujica y el ministro de Relaciones Exteriores Luis Almagro
se habían reunido con el canciller de Azerbaiyán, Elmar Mammadyarov,
quien estaba de gira por Sudamérica. Hablaron de establecer vínculos
comerciales y el canciller invitó a Mujica a conocer su país.
"Simpatizantes de la causa armenia"
En septiembre de 2011, el canciller Almagro
había dicho: "Somos extremadamente simpatizantes de la causa armenia".
También había asegurado: "entendemos que Nagorno Karabaj está
íntimamente ligado a Armenia". Y, finalmente, que "su ligazón con
Armenia en el futuro es el mejor camino para Nagorno Karabaj".
BBC Mundo intentó sin éxito comunicarse con
Almagro o algún otro alto funcionario de la Cancillería para preguntarle
si efectivamente Uruguay tenía intenciones de reconocer la
independencia de la región separatista.
Por lo pronto, uno de los miembros de la
delegación uruguaya que visitó Karabagh, Rubén Martínez Huelmo, dijo que
es "en teoría" posible, pero que debe avanzarse paso a paso.
Otro grano de arena
Si Uruguay llegara a dar ese paso decisivo, sumaría un grano de arena más a una montaña de elementos conflictivos.
Analistas especializados en la región aseguran
que la zona se encuentra en una situación de alta tensión, reavivada por
el reciente caso de un azerí condenado a cadena perpetua por matar a un
armenio en Hungría, quien fue perdonado tras ser extraditado a
Azerbaiyán.
En este contexto, un reconocimiento de la
independencia de Nagorno Karabagh por parte de Uruguay alimentaría
suspicacias en una delicada situación.
De todos modos, los expertos creen que no
conseguiría romper el delicado equilibrio regional. Hay demasiado en
juego, y un nuevo conflicto armado podría extenderse a otros países de
la región y comprometer oleoductos azeríes (cuya economía tiene una
fuerte dependencia del petróleo) y la infraestructura de transporte la
zona, entre ellas las vías sobre las que se llevan provisiones a las
fuerzas de Estados Unidos y la Organización del Tratado del Atlántico
Norte en Afganistán.
"BBC Mundo," 21 de noviembre de 2012
Notas de "Armeniaca":
[*] Los diputados uruguayos no "cruzaron a Azerbaiyán." En tal caso, los guardias fronterizos azerbaiyanos podrían haberles negado el paso de la frontera. Pero la realidad es otra: Alto Karabagh declaró su independencia en 1991 y no es territorio azerbaiyano.
[**] La población azerbaiyana de Karabagh constituía no más del 20% del total en 1989 (aproximadamente 150.000). Por lo tanto, la cifra de 800.000 es producto de la imaginación azerbaiyana, reciclada por el periodista.
[***] El argumento es absurdo. Con el mismo criterio, algunas de las principales figuras artísticas y culturales armenias provienen (fueron y son oriundas) de Bakú, lo cual no significa que los armenios "sienten que esa es una de las cunas de su cultura" y consideran la capital de Azerbaiyán como parte de sus territorios históricos.
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