Vahagn Melikian (*)
En “El derecho de Azerbaiyán sobre
Nagorno-Karabaj y la paz regional”, que el embajador de Azerbaiyán en la
Argentina, Mammad Ahmadzada, firma en la edición de Clarín del 5 de
diciembre, el diplomático manifiesta una vez más su desacuerdo con los
análisis de los periodistas y analistas argentinos sobre cuestiones
referidas a la situación en el Cáucaso del Sur.
Evidentemente,
disconforme con las declaraciones de los co-presidentes del Grupo de
Minsk (Rusia, Estados Unidos y Francia), que reiteran insistentemente
que la vía pacífica es la única posible para la solución definitiva, el
embajador parece ignorar que representa a un régimen embarcado en la
carrera armamentista más exagerada de que se tenga memoria. El régimen
de Bakú no deja de comprar armamentos con los altos rendimientos de los
petrodólares y de proclamar que reconquistará por la fuerza la región de
Nagorno-Karabagh, donde desde 1991 la población ha proclamado una
república independiente en uso de su derecho de libre determinación.
Desconocer la existencia de un estado independiente desde hace más de 23
años, que no ha podido ser avasallado y que debe mantener a su
organismos de defensa en alerta y entrenamiento permanentes frente a las
declaraciones belicistas del régimen de Bakú, es un grave error.
Armenia no participa en el conflicto y aboga permanentemente porque las
autoridades de Nagorno-Karabagh sean admitidas como parte en las
negociaciones, de cuyo avance depende directamente su futuro y el de su
población. El helicóptero de Nagorno-Karabagh abatido por Azerbaiyán con
un saldo de tres oficiales muertos no solo estaba desarmado, como se ha
podido comprobar, sino que volaba dentro de su territorio.
Las
dificultades económicas de mi país se deben al bloqueo inhumano al que
está sometido por Azerbaiyán y su aliada Turquía, que solo ha sido
posible enfrentar por la férrea voluntad de la nación y el estado, con
el apoyo incondicional de la diáspora armenia. El estado de derecho y
los principios democráticos caracterizan a la República de Armenia,
donde rige la división de poderes y donde los gobiernos se suceden según
la constitución y los presidentes no pueden ser reelectos después de
dos períodos. Ojalá algún día Azerbaiyán pueda ostentar estos mismos
índices.
(*) Embajador de la República de Armenia en la Argentina
No comments:
Post a Comment