Harut Sassounián
Sim afirmó haber entrado a
Najicheván por tierra desde Turquía y viajado a la aldea de Abrakunís, en el
valle de Yerndjak. Cuando preguntó a un chico de 12 años sobre una antigua iglesia allí localizada, éste apuntó hacia un
lote de tierra vacío.
Sim luego visitó Bananiyar, conocido por los
armenios como Aparank, donde, informó, “al menos hasta la década de 1970 había
algunas ruinas de una gran iglesia medieval localizada en una altura, en el
medio de la aldea. Ahora hay una mezquita construida sobre los cimientos de la
antigua iglesia”. En Norashén, existían dos iglesias armenias y un cementerio
en el ángulo noroeste de esta aldea. No encontró huellas ni de ambas iglesias,
ni del cementerio.
En su tercer día en Najicheván, cuando viajaba
por tren a Djulfa, Sim observó los restos del cementerio de Djughá. Informó que
había visto “la ladera de una colina cubierta por placas de piedra, esparcidas
sobre tres cadenas. Todas las lápidas habían sido derribadas sin excepción”.
En Ordubad, Sim fue conducido a la comisaría,
donde le registraron su bolso, a la vez que lo interrogaron sobre el propósito
de su visita. Luego lo pusieron en el siguiente omnibus hacia la ciudad de
Najicheván. Desde allí fue a Shurut, que supo ser “una pequeña ciudad armenia en el Medioevo tardío, con
iglesias, escuelas, monasteries, centros de copiado de manuscritos y varias
decenas de miles de habitantes”.
En la vecina aldea de Krná no había huellas de la
iglesia armenia local. Igual era el caso de la aldea de Gah, Cuando preguntó a
un transeúnte sobre la iglesia en Shurut, se le dijo que había sido destruida.
En Shurut, un grupo de aldeanos confrontó a Sim.
Cuando dijo que había ido a ver la antigua iglesia, le dijeron que nunca había
habido una iglesia en su aldea. Al abandonar Shurut, un taxista dijo a Sim que
los aldeanos habían llamado por teléfono a la policía en Djulfá y que oficiales
de policía probablemente estarían esperándolo en algún lugar en el camino.
Un auto, por supuesto, estaba esperando a Sim. “Un
policía entró en el asiento de atrás del taxi y me preguntó si tenía un mapa
topográfico y un libro etnográfico”. Cuando Sim le contesté que no, el policia
revisó brevemente su bolso. En Djulfá,
Sim se detuvo en los cuarteles de policía, donde volvieron a revisar su bolso.
Después de esperar en un corridor por un rato, Sim fue llevado al hotel Araz de
la ciudad. Lo escoltaron a un jardín detrás del edificio. Finalmente, le
permitieron irse después de tres horas. Todo lo que había en el “bolso fue
extraído y cuidadosamente examinado y el bolso mismo fue revisado en busca de
compartimientos secretos. Esto duró unos 15 minutos, sin que se pronunciara
palabra alguna”.
Le preguntaron a Sim por su trabajo: cuánto
ganaba, quién le pagó para venir a Najicheván y por qué iba a gastar su propio
dinero para venir aquí, Los oficiales examinaron cuidadosamente la libreta de
apuntes de Sim y verificaron todas las fotografías almacenadas en su cámara
digital. Mostraron mucho interés por una fotografía que había tomado en la
ciudad de Najicheván. “Era de una placa de piedra que había visto en los
jardines frente al mauseoleo de Momina Hatún, rodeado por una gran colección de
lápidas con forma de cabras. Había una cruz esculpida sobre esta piedra que
surgía de una base rectangular”.
Los funcionarios azeríes le dijeron que no era
una cruz. Sim les dijo que había leído sobre la cruz en un libro armenio.
Respondieron coléricamente: “Es falso. Le han mentido. Vea, los armenios
siempre mienten; le mienten a todos”. También declararon que “nunca hubo
ninguna iglesia Armenia en ninguna parte de Najicheván. Nunca vivieron armenios
aquí, entonces ¿cómo podría haber habido iglesias?” Los azeríes dijeron a Sim: “Pensamos
que usted no está aquí con buenas intenciones hacia la república azerbaijana”.
Sim declare que sus desagradables experiencias en
Najicheván arrojaron “cierta luz sobre las actitudes que Azerbaiján abriga
hacia los armenios y todo lo armenio”. El informe muestra por qué es imposible
que los armenios de Artsaj (Karabagh) vuelvan a vivir nuevamente bajo la
opresiva dominación azerí. Si un visitante escocés es tan mal tratado, imaginen
cuánto peor trataron los azeríes a sus subordinados armenios en Artsaj hasta su
liberación.
“Asbarez”
Traducción de Vartán Matiossián
(*) N. del T.: El informe de Sim, en su original en inglés, está disponible en www.djulfa.com
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