6.11.09

El Archivo Nacional de Armenia: 85 años

En un cruce de avenidas de Ereván (calle Hrachiá Kochar 5), muy cerca de la última estación de subte, Barekamutiún, se encuentra el edificio central del Archivo Nacional de Armenia, una institución que tiene una actividad importantísima como centro de conservación y estudio de la documentación de la historia armenia, no sólo en Armenia, sino también en la Diáspora, y en la que hemos tenido la oportunidad de trabajar en varias oportunidades. Hace unos días se celebró el 85° aniversario de su fundación. La siguient es la traducción de una interesante entrevista que la periodista Ruzán Poghosián realizara a su director, el historiador Amatuní Virapián, y que se publicó en el diario “Azg” de Ereván el 31 de octubre pasado.

-- Señor Virapián, los actos de conmemoración suelen ser una ocasión para revisar el pasado y ponderar lo que se ha obtenido y lo que se ha perdido. Es interesante saber cómo se formó el archivo nacional y por qué etapas atravesó.
= Sabemos por la historia que en Armenia existieron archivos, tanto en los palacios reales como en las oficinas de Echmiadzín. La sede del Catolicós cambió con frecuencia, lo que motivó el traslado de los documentos, y en el interín ciertos materiales se perdieron por completo. Ademas, se escribía en pergaminos, que eran muy caros, por lo que después de leerse las cartas, el escrito se limpiaba fácilmente con tinturas vegetales y se reusaba. Asi continuó hasta el siglo XVIII, cuando el Catolicós Simeón Erevantsí prohibió terminantemente la destrucción de documentos para reciclar el pergamino. Es por esto que nos han llegado muy pocos documentos de archivo del Medioevo.
El documento más antiguo en Armenia es de 1440 y se conserva en el Matenadarán [biblioteca de manuscritos de Armenia], mientras que los documentos más antiguos del Archivo Nacional de Armenia son de 1607. Se trata de documentos sellados por el shah Abbas III de Irán acerca de inmuebles entregados a los melik de Kashatagh [ex Lachín]. Por lo tanto, mientras tenemos una rica colección de manuscritos medievales, no es el caso de los documentos de archivo.
En Armenia se escribieron documentos a partir de la anexión de Armenia Oriental a Rusia en 1828, es decir que los burócratas rusos sentaron las bases de la documentacion y la protocolizacion. Podemos decir que los documentos relativos a nuestra historia comenzaron a crearse a partir de 1828. Por desgracia, razones subjetivas y objetivas hicieron que una parte fuera destruida. Durante la Primera Guerra Mundial, según las leyes vigentes en Rusia, los documentos ubicados en zonas cercanas al teatro de guerra se llevaron a las profundidades del país. Por entonces, el territorio actual de Armenia era la provincia de Ereván; la documentación de la administración del gobernador se trasladó al Cáucaso del norte y se guardó en depósitos militares. Lamentablemente, los traslados provocaron su destrucción; aunque se intentó encontrarlos en la época soviética y también lo intentamos nosotros, esto fue infructuoso.
Como usted sabe, los manuscritos del actual Matenadarán también se trasladaron a Moscú en 1914 y se guardaron en 140 cofres en el subsuelo de la iglesia armenia hasta 1922, cuando retornaron a Erevan.
= ¿Cuándo se fundó el archivo estatal?
- Se hicieron intentos durante la época de la primera República; por entonces, la parte fundamental de los documentos se conservaba en Tiflís, y aunque se quiso trasladar la parte de Armenia a Ereván, no se logró. Luego se intentó crear un archivo en 1921, el Partido Comunista creó el suyo propio. Posteriormente, se fundó una sección de archivo en el museo de la Revolución en 1922 y el 26 se septiembre de 1923 el Comité Ejecutivo Central decretó la creación del Archivo Central Estatal de Armenia Soviética. Un año después, el 1 de octubre de 1924 se realizó la apertura.
= ¿Quiénes eran los primeros archivistas? ¿Eran miembros del Partido Comunista o representantes de la intelectualidad?
- Por suerte era gente educada. Por ejemplo, el primer director del archivo fue el profesor Jachik Samuelián. No era comunista, se le había confiado esa tarea por su calidad de intelectual. En primer lugar se trajeron al archivo ciertos documentos salvados de la invasión turca [de 1918 y 1920]. Aunqe ha llegado a nosotros la mayor parte de los documentos de la primera República, por ejemplo no se han conservado los archivos del Ministerio de Guerra y del Parlamento.
= ¿Son muchos los documentos traídos de los países de la antigua URSS?
- Casi todos los documentos vinculados con la historia del pueblo armenio fueron remitidos a Ereván desde Tbilisi, Bakú, Astrakán, Moscú, San Petersburgo y otras ciudades. Tenemos fondos de archivo que fueron enteramente traídos desde Moscú y San Petersburgo. Se hizo un trabajo bastante grande en la época soviética; se crearon diferentes archivos a semejanza de Moscú, como por ejemplo el archivo de Historia, donde se conservaron los documentos fechados hasta 1920. Luego se creó el archivo especializado, donde se conservaron también los documentos de cine, fotografía y audio. Se crearon tres enormes complejos en Ereván para el Archivo Nacional, donde trabajan especialistas de la generación de mayor edad, con 30 a 40 años de experiencia laboral, y especialistas jóvenes.
= El desarrollo de las tecnologías de información trajo consigo la cuestión de crear bases de datos y de digitalizar el texto escrito. ¿Qué se hace para colocar los documentos en Internet y hacerlos accesibles al público?
- La vida cambia rápido y las concepciones sobre el documento cambian con igual rapidez. Veinte o treinta años atrás a nadie se le hubiera ocurrido que fuera posible tener variantes electrónicas de documentos. Tenemos más de 300 millones de documentos, más de 2.000 películas, 360.000 fotos, 35.000 grabaciones, etcétera. Es un recurso gigantesco que hoy debemos fotografiar y subir a la Internet para que los investigadores ya no toquen el papel. Se están digitalizando también las películas documentales y las grabaciones. No todo termina allí; es preciso también renovar las construcciones y proporcionar los medios técnicos para solucionar los problemas de conservación de documentos. Si el documento no goza de condiciones de calor y humedad estables, no dura mucho; en las ultimas décadas, por razones conocidas, los depósitos estaban fríos en el invierno y calientes en el verano. Estamos instalando nuevos aparatos que solucionarán esta cuestion de manera radical.
= ¿Con qué países cooperan? ¿Qué novedades les ofrece la labor de archivo de esos países?
- Tenemos una amplia tradición en materia de cooperación, como lo demuestra la sesión del Consejo de Servicios Estatales de Archivo de la CEI, realizada en Ereván el 29 de octubre con la presencia de representantes de 8 paises. Nuestros medios no nos permiten tener un instituto de investigación de documentación o de archivística. Tenemos buenas relaciones con Bulgaria y Francia. Tratamos de ampliar los lazos internacionales, porque nosotros tenemos menos documentos vinculados con la historia de nuestro pueblo que, digamos, la vecina Georgia. Lamentablemente, nuestros vínculos con Georgia no son tan sólidos; tratamos de crearlos, pero nos topamos con dificultades, porque a los georgianos no les gusta para nada saber que Tiflís [actual Tbilisi] fue un centro cultural armenio; no quieren ni oír hablar de eso. Pero debemos tratar de seguir la búsqueda, porque si las relaciones entre dos estados se amplían, lo mismo debe suceder en la labor de archivo.
= ¿Qué significado tendrá la perspectiva de establecer relaciones diplomáticas con Turquia en el estudio de los documentos de archivo?
- Siempre he dicho que los archivos de Armenia están abiertos ante los investigadores turcos. Dos personas trabajaron aquí: una en 2005, la otra este año. Esta última se interesaba en la historia de la region de Kars durante la época de la dominación rusa. Sabía ruso bien y después de su investigación publicó en la prensa turca sus resultados con un nivel apropiado. No tenemos nada que temer, ni que probar la realidad del Genocidio Armenio, porque tenemos 12.000 testimonios del genocidio. Si la cosa llegara al punto que fuera necesaria una demostración con documentos, estamos listos, porque tenemos a mano los testimonios de testigos oculares registrados en 1916. Gente de distinta edad cuenta lo que ha visto utilizando las palabras chart (matanza), godoradz (exterminio), zulum (tragedia), ya que por entonces la palabra tseghasbanutiún (genocidio) no estaba en uso.
Se conservan en los archivos informes y cartas enviadas al Catolicós de Todos los Armenios que alertan sobre las señales de exterminio de la población armenia y de vaciar Armenia de armenios. Al decir Armenia, se entendía Armenia occidental, el Ierguir, y Armenia oriental se designaba con los nombres de Armenia rusa, provincia de Ereván o República del Ararat.
Tenemos también copias de cartas traídos de otros países, escritas por los embajadores acreditados en Turquía de distintos países: Alemania, Austro-Hungría, Estados Unidos, Argentina, Portugal, España. Informan a sus gobiernos de los acontecimientos, incluyendo la emigración y las matanzas de la población armenia.
Son importantes también los documentos compilados por la comisión de intelectuales armenios de 1918-1919, dirigida por [el famoso poeta] Hovhannés Tumanián. Después de la derrota de Turquía, nuestros intelectuales estaban convencidos de que la Cuestión Armenia tendría solución sin falta y para ello estudiaban que pérdidas materiales había sufrido la población armenia además de las pérdidas humanas, para presentarlo al Congreso de Paz de París y pedir resarcimiento a Turquía. En esos documentos la gente anotaba una por una sus pérdidas de bienes y vidas.
= ¿Tienen relaciones con el archivo de Turquía? ¿Han tenido oportunidades de encontrarse con el jefe de los archivos?
- Sí, conozco personalmente al jefe de los archivos de Turquía. Hasta ahora han trabajado dos armenios allí con su autorización: uno es [el historiador] Ará Sarafián, de Londres, y el otro es Arsén Avaguián, representante de Armenia ante la Conferencia de Cooperación del Mar Negro. Por supuesto, aunque se les dio oportunidad de trabajar, no descubrieron nada, porque los documentos del Imperio Otomano se conservan en el archivo militar, donde no se nos permite trabajar. Además, hasta 1925 se utilizó el otomano como idioma literario en Turquía, que es una mezcla de persa, árabe y turco, y podemos decir que no tenemos [en Armenia] buenos expertos en otomano. Aún no sabemos qué documentos habrán de presentarnos los turcos ante nosotros. Por ejemplo, en la página de Internet del archivo se han publicado documentos en otomano sobre los musulmanes exterminados en los territorios ocupados por el ejército ruso [en 1915-1916], traducidos al turco y al inglés. Siempre contesto a esos argumentos subrayando que Turquía ejecutó una política oficial de exterminar a sus ciudadanos, mientras que lo hecho por los voluntarios armenios fue pura venganza personal. Los voluntarios eran armenios occidentales, y cuando entraron en sus aldeas arrasadas, tomaron prisioneros a los musulmanes para averiguar quiénes habían matado a sus familiares y conciudadanos. La política estatal de exterminar y privar de su patria a los armenios y la venganza por la pérdida de la patria y de los familiares son operaciones totalmente distintas y no comparables.
Traducción de Vartán Matiossián

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