Eduardo Kozanlián
En un reciente artículo (*), Jeffrey D.
Sachs menciona los éxitos económicos y la disminución de la desigualdad
en Turquía, rodeada por un "vecindario complicado", entre cuyos países
nombra a Chipre y Armenia(**). Según su perspectiva, todos estos logros se
ven acompañados por una diplomacia equilibrada (***). Es evidente que el señor
Sachs sólo dice lo que le conviene a los intereses que representa. ¿No
sabe acaso que Turquía es invasora ilegítima de la isla de Chipre?
¿Desconoce que el Estado turco-otomano y luego su continuadora jurídica,
la República de Turquía, fueron fundados sobre el crimen de genocidio
contra los pueblos armenio, asirio, griego, y sobre la base de la
usurpación territorial y económica? ¿Sabe que en Turquía se glorifica a
los genocidas? Como ejemplo: el genocida Talaat Pashá tiene su mausoleo
en plena Estambul. Pese a que luego del fin de la Primera Guerra
Mundial, la Corte Marcial turca lo juzgó in absentia y lo condenó a
muerte, avenidas y hasta escuelas de la Turquía actual llevan el nombre
de este genocida. Imaginemos por un instante un colegio en Berlín
llamado Adolf Hitler; o en la Argentina, un mausoleo Jorge Rafael
Videla. Turquía es, además, el país del mundo con más periodistas y
profesionales de la comunicación presos. Como ejemplo recordemos el
asesinato del periodista armenio Hrant Dink en 2007.
"La Nacion", 30 de junio de 2013
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Notas de "Armeniaca"
(*) Jeffrey Sachs, "El porqué del éxito de Turquía", Project Syndicate, 27 de mayo de 2013 (www.project-syndicate.org/commentary/inside-the-turkish-economic-miracle-by-jeffrey-d--sachs/spanish). Original publicado el mismo día en el mismo sitio: "Why Turkey is Thriving".
(**) "Una visita reciente a Turquía me hizo pensar otra vez en sus enormes éxitos económicos de la última década. El país viene manteniendo un veloz crecimiento económico, la desigualdad está en disminución y hay un auge innovador.
Los
logros de Turquía son aún más notables cuando se piensa en su situación
geográfica. Al oeste están Chipre y Grecia, países ambos en el
epicentro de la crisis de la eurozona. Al sudeste se encuentra Siria, un
país desgarrado por una guerra que ya expulsó a casi 400.000 refugiados
a Turquía. En el este están Irak e Irán. Y al noreste, Armenia y
Georgia. Sería difícil hallar en todo el mundo un vecindario más
complicado".
(***) "La pregunta es ¿cómo lo hizo?
En primer lugar, el primer ministro Tayyip Erdoğan y su equipo
económico (dirigido por el vice primer ministro, Ali Babacan),
decidieron atenerse a lo básico y adoptar una mirada de largo plazo.
Erdoğan asumió el poder en 2003; tras años de crisis bancarias e
inestabilidad en el corto plazo, el país había tenido que pedir la ayuda
del Fondo Monetario Internacional para un rescate de emergencia.
Erdoğan y Babacan aplicaron una estrategia gradual consistente en
reconstruir el sector bancario, controlar el presupuesto y mantener un
programa continuo de grandes inversiones en las áreas que cuentan:
infraestructuras, educación, salud y tecnología.
Además
de eso, también ayudó la habilidad diplomática. En una región de
extremismos, Turquía se mantuvo fiel a una postura moderada. A las
principales potencias de su vecindario las trató siempre con actitud
abierta y diplomacia equilibrada (en la medida de lo posible), lo que la
ayudó no solamente a mantener el equilibrio interno, sino también a
ganar mercados y conservar aliados, sin el lastre y los riesgos de una
geopolítica divisoria".
(****) En rara coincidencia, el artículo apareció un día antes de que comenzaran las manifestaciones de Gezi Park (28 de mayo de 2013).
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