Eduardo Karsaclián
¿Dónde se halla Armenia, en Occidente o en
Oriente? ¿Cómo contestar a esta pregunta?
Armenia se halla en
la encrucijada de los dos continentes, área que no sólo revela de un choque
geográfico sino asimismo cultural, político y espiritual. De allí que el
estudio de toda la temática armenia se torne compleja, difícil de definir con
precisión, de abarcar de un solo trazo.
En 1991,
un grupo de –entonces– jóvenes armenios, integrantes del Instituto de
Investigación Armenológica, organizó la visita del R.P. Levón Zekiyán, un
distinguido estudioso de temas armenios, a la Argentina. Entre otros lugares,
el padre Zekiyán se encontró con el R.P. Ismael Quiles (SJ), uno de los fundadores
de la Universidad del Salvador y creador de la Escuela de Estudios Orientales en
1967. Esto fue el punto de partida para la incorporación de los estudios
armenios al programa de la carrera al año siguiente, en 1992.
A partir
de entonces, Armenia pasó a llenar su lugar entre las culturas del Cercano
Oriente y Cáucaso, un verdadero puente de unión entre el mundo occidental
–Grecia, Roma, Bizancio- y el oriental –persa, árabe, semítico-, ya analizado
en la carrera. Los poquísimos
libros de temática armenia que había entonces en la biblioteca de la Escuela de
Estudios Orientales habían llegado casi de casualidad, mezclados entre la
extensa propaganda negacionista enviada regularmente por una embajada hostil. A
la distancia, fueron la independencia de 1991 y la consiguiente aparición de
Armenia en el escenario internacional como un actor completo los determinantes
de la decisión de incorporar Armenia a la carrera.
Si bien
en los dos primeros años se crearon tres materias optativas, Historia, Lengua y
Literatura, el esquema del programa era sustancialmente diferente del actual.
La reorganización de 1993 condujo a la creación de la materia Historia de la
Cultura Armenia, integrada en el programa oficial y como materia permanente de
la currícula. Las dos líneas del objetivo general dicen así:
Conocimiento
de los hechos fundamentales de la Historia del pueblo armenio, sus
características culturales, su religión pre-cristiana y su cristianismo
particular.
Tras más de veinte
años de enseñanza, se pueden contabilizar cerca de 160 estudiantes, quienes absorbieron
los elementos constitutivos de la identidad armenia a través de las notas más
salientes de su cultura: el origen étnico, los primeros reinos, la religión
pre-cristiana, el desarrollo de su historia, la cristianización, la creación
del alfabeto, la literatura, y las vicisitudes políticas y sociales hasta la
actualidad. Cada año se pregunta a los estudiantes: ¿qué saben de Armenia? Las
respuestas invariablemente son las mismas: muy poco, la gastronomía, el
Genocidio. La mención de Armenia en las materias concernientes a los pueblos y
culturas vecinos es mínima, resultado de su ausencia casi total en los textos
que habitualmente se utilizan.
Todos estos años de
labor ininterrumpida no sólo han sido útiles al estudiantado, pues los docentes
también han accedido, con la incorporación de material bibliográfico, al
conocimiento de Armenia. La cátedra, a cargo exclusivo de Eduardo Karsaclián desde
la partida a los Estados Unidos de los profesores Hagop Gulludjián y Vartán
Matiossián en 2000-2001, ha logrado engrosar la existencia de obras sobre
Armenia, la mayoría de las veces mendigando ejemplares, literalmente, a los
editores o autores, para donarlos a la biblioteca. Cada año los estudiantes
preparan monografías o traducciones sobre la temática de estudio, obras que
quedan disposición de las promociones siguientes y amplían el material de la
cátedra. En más de una ocasión, docentes de las escuelas armenias han
colaborado con los alumnos en sus investigaciones de campo, al igual que miembros
de la comunidad, tanto sobrevivientes del Genocidio como emigrados de Armenia o
de la Diáspora, quienes han dado cuenta de sus experiencias de vida.
Entre los
diferentes invitados a la cátedra, señalemos a Monseñor Kissag Mouradián, primado
de la Iglesia Armenia de la Argentina y Chile, Monseñor Néstor Daniel Villa, el
R.P. Mesrob Nazarián de la Congregación Mekhitarista, el ex embajador de Armenia
en la Argentina Vahán Ter Ghevondián, y Sergio Kniasián y Gustavo Engulián, dos
profesores prácticamente regulares, quienes dan clases sobre temas puntuales
cada año. Asimismo, en diferentes oportunidades, se organizó la visita de los
profesores Vahakn Dadrián y George Bournoutián, presentes en el país para el
lanzamiento de sus obras, para conversar con los alumnos de toda la carrera, y
recientemente del profesor Claude Mutafián, una eminencia de la historia de
Cilicia medieval.
Cada año se organiza
una visita guiada a la Catedral San Gregorio, visita que se vuelve una clase presencial
sobre la propia Iglesia Armenia, institución viva y presente, testimonio de la
supervivencia y perennidad de la milenaria fe armenia, ocasión propicia no sólo
para el estudio de las notas características de la arquitectura o la decoración
religiosa, sino también para las notas particulares del cristianismo armenio.
San Gregorio, Dertad, Mesrob Mashdóts o Sahak, prohombres citados en las
clases, se vuelven así familiares, y son el testimonio palpable de esa
perennidad.
Esta cátedra no recibe
ayuda comunitaria. Desconocimiento, indiferencia, hostilidad o burla no han
faltado al enterarse más de un dirigente comunitario local sobre qué se hace en
la materia Historia de Armenia en la Escuela de Estudios Orientales. Fuerte
contraste con otras comunidades armenias, donde las cátedras universitarias son
apoyadas por fondos especiales creados por fundaciones o por instituciones
centenarias, no sólo con dinero, sino con patrocinio de publicaciones, material
bibliográfico, becas, etc. Se pueden contabilizar cerca de 20 de ellas en
Estados Unidos, casi diez en Francia, Líbano, Italia, Suiza, todas con apoyo
local o internacional.
Cada año, al finalizar las clases, se les pregunta a los alumnos: ¿qué
han aprendido de la civilización de Armenia? Las respuestas invariablemente son
las mismas: no sabíamos que fuera tan rica, desconocíamos estos elementos,
encontramos que Armenia es un puente con Europa, o era realmente el país que
faltaba para entender la problemática del Cercano Oriente. No es de extrañar
que las clases sean útiles para materias cercanas, a saber, la cultura irania,
la árabe, las cruzadas, los mongoles, el cristianismo de los primeros siglos,
el imperio bizantino, etc.
El verdadero conocimiento no se restringe al difundirse, se multiplica
y enriquece a todos aquellos que lo cultivan. Cual rama de un árbol que crece,
da frutos, pus sólo basta que reciba tierra fértil y cuidados; y es de doble
vía, pues se enriquecen tanto el docente como el estudiante. La experiencia de
los armenios y su fuerza interior para seguir adelante tras las trágicas contingencias
de la historia son los elementos que desde fuera nos hacen únicos, y cuya
correcta transmisión y comprensión nos hacen tan especiales ante los ojos del
resto del mundo.
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