14.4.15

Crece la polémica: Turquía acusa al Papa de "calumnias"

Elisabetta Piqué

No se aplaca la furia de Turquía luego del reconocimiento explícito del "primer genocidio del siglo XX" por parte de Francisco anteayer, en una histórica misa en la Basílica de San Pedro en conmemoración del martirio armenio, ocurrido hace 100 años.
Al margen de que Ankara mandó a llamar a su embajador ante la Santa Sede y convocó al nuncio apostólico y no descartaba otras medidas, ayer, además, una nota de la embajada de Turquía ante el Vaticano, directamente aseguró que es "una calumnia" hablar de genocidio armenio.
Al destacar que genocidio es un concepto jurídico, la nota cuestionó que el Papa en su mensaje de anteayer comparara lo sucedido con los armenios hace 100 años con lo ocurrido en Bosnia y Ruanda, que "son reconocidos como genocidios por los tribunales internacionales competentes".
"Sin embargo, él [Francisco] llama los eventos de 1915 un genocidio pese a la ausencia de tal sentencia del tribunal competente. Esto es significativo. No es posible explicar esta contradicción con los conceptos de justicia y de conciencia", indicó la nota.
El gran mufti Mehmet Gormez, principal autoridad religiosa islámica sunnita turca, se alineó con el gobierno y también criticó al Papa por sus palabras "sin fundamento" inspiradas "por lobbies políticos y empresas de relaciones públicas". El premier turco, Ahmet Davutoglu, definió las declaraciones de Francisco como "inapropiadas" y "facciosas".
Aunque lo más duro fue cuando el ministro para Asunto Europeos, Volkan Bozkir, dijo que el Papa había hablado de esa forma porque viene de la Argentina, "un país que acogió a los nazis" y en el que "lamentablemente la diáspora armenia domina el mundo de la prensa y de los negocios". "Creo que hizo esta declaración porque es argentino", destacó Bozkir, citado por la agencia oficial turca Anadolu.
Según Turquía, que siempre negó el genocidio reconocido por 22 países (entre ellos la Argentina), lo sucedido en 1915 fue una guerra civil en la que murieron unas 500.000 personas. Según Armenia y muchos historiadores, entre 1915 y 1917 la población armenia de Anatolia y Cilicia, entonces bajo el Imperio Otomano, se vio forzada al exilio y 1,5 millones de armenios fueron abatidos en el camino y en campamentos.
Juan Pablo II ya había definido esta masacre como "el primer genocidio del siglo XX" en 2001, en una declaración junto al patriarca de los Armenios, Karekin II. Entonces, sin embargo, no había habido una reacción tan dura de Turquía, probablemente porque hace 14 años había en ese país una situación política muy distinta.
Si bien es verdad que Francisco se convirtió en el primer papa que pronunció por primera vez el término "prohibido", siendo arzobispo de Buenos Aires siempre fue amigo de la comunidad argentino-armenia -la más grande de habla hispana del mundo- y defensor de su causa. En 2005, en el 90° aniversario de la masacre, que se recuerda el 24 de abril, hizo poner una placa conmemorativa en la catedral metropolitana en la que se lee "genocidio", término que también utilizó tres veces en el libro Sobre el cielo y la tierra, que escribió junto al rabino Abraham Skorka.
Durante la misa matutina de Santa Marta, ayer Francisco pareció responder indirectamente a las polémicas. "El camino de la Iglesia es el de la franqueza, decir las cosas con libertad", dijo al comentar el Evangelio del día. Explicó así que para los cristianos, como lo hicieron los apóstoles después de la Resurrección de Jesús, no quedan otras alternativas que decir verdades incómodas: "El Espíritu Santo es capaz de cambiar nuestra actitud, la historia de nuestra vida y darnos coraje".
Como no podía ser de otra manera, el caso armenio también copó la agenda política italiana. "Los duros tonos turcos no me parecen justificados, también teniendo en cuenta que hace 14 años Juan Pablo II se expresó de la misma forma", dijo el canciller italiano, Paolo Gentiloni.
"Gracias al papa Francisco, que tuvo el coraje de decir la verdad sobre el genocidio armenio", exclamó Matteo Salvini, líder de la xenófoba Liga Norte, que aseguró que pedirá el cierre de las negociaciones para que Turquía ingrese a la Unión Europea, "porque Turquía es indigna de entrar a Europa".

"La Nación", 14 de abril de 2015

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