Avedís
Hadjián
Traducción
de Vartán Matiossián
En el curso de casi un siglo, las variadas posiciones de instituciones e
individuos acerca de Turquía y el reconocimiento del genocidio se han
endurecido hasta llegar a niveles maximalistas. Para los armenios
maximalistas, todo lo que no sea un pedido de perdón total y completo,
restitución total y completa de las propiedades robadas y expropiadas, y
reparaciones completas debe descartarse como cortinas de humo o intentos
deliberados del estado turco de despistar a armenios y no armenios por igual. Este
maximalismo es comprensible y está lejos de sorprender ante un consistente
negacionismo turco. A la vez, se muestra ciego frente a los matices en el mundo
extremadamente complejo de la política turca, a los que reduce a juegos de suma
cero y a dualidades de blanco y negro. Evita que los armenios vean las sutilezas
en la escena política de Turquía que aún pueden empujar al Estado turco hacia
una reconciliación con los armenios y el genocidio, un problema que lo ha
acuciado de manera aguda en los últimos cincuenta años, empañando
su imagen de manera creciente y contradiciendo su propia narrativa
histórica de manera violenta.
Ciertamente, en este punto no está claro que esta forma de aproximación vaya a
impulsar a Turquía a reconocer el genocidio. Negar el Genocidio Armenio ha sido
un repetido y creciente motivo de bochorno para funcionarios turcos bien
leídos, incluidos el presidente Abdullah
Gül, el ministro de Relaciones Exteriores Ahmet Davutoğlu y el ministro de
Cultura Ömer Çelik. El expediente de testimonios y evidencia sobre el genocidio es
tan macizo que el estado turco ahora recurre a tecnicismos menores y sofismas
para negarlo, de la manera en que abochornados sacerdotes católicos podrían
hacerlo hoy si aún fueran forzados a rechazar el hecho de que la Tierra
orbita alrededor del Sol o si el Papa Juan Pablo II no se hubiera disculpado por
la persecución de Galileo 350 años atrás.
Por razones que están fuera del marco de este artículo, Turquía tiene un
número de razones de peso para liquidar los reclamos de genocidio y llegar a un
entendimiento con los armenios. Es posible que esto fuera a suceder
pronto o en un momento inesperado, que tomaría a los armenios con la guardia
baja. ¿Quién hablaría en nombre de los armenios si Turquía expresara su
disponibilidad mañana – literalmente mañana – para entablar diálogo y
negociaciones?
Lo que sigue es un proyecto muy básico que sólo se propone para negociar con
Turquía. No intenta establecer un cuerpo representativo permanente de toda la
Diáspora o alguna clase de Congreso Panarmenio. La Asamblea General de la Diáspora
aquí bosquejada sólo tendría poderes para establecer principios y un curso de
acción para representsr los intereses de la Diáspora en las negociaciones con
Turquía. Durante décadas, han habido varias propuestas en este sentido; este
borrador es un intento para contribuir a esta fuente de ideas, en la esperanza
de que una estructura se materialice finalmente en el marco de estos
lineamientos.
Hoy, la Diáspora armenia tiene una plétora de organizaciones separadas – y,
durante largo tiempo, especialmente en los años de la guerra fría, rivales –
que, después de una vida de servicio a la comunidad y libres de la rendición
de cuentas y los contrapesos que incluyen las organizaciones democráticas, con
frecuencia se han arrogado un sentido de derecho y santurronería tras haber
ayudado a construir florecientes comunidades desde la nada, después de que la
nación armenia estuviera muy próxima a la extinción. Aun así, eso no contribuye para crear
consenso, como cualquier armenio que ha estado activo en la comunidad lo sabe.
Un escenario alternativo estuvo cerca de materializarse, con Armenia –
presumiblemente bajo presión extranjera – negociando directamente con Turquía,
en los protocolos ahora prácticamente difuntos que hubieran comprometido las
demandas e intereses de la Diáspora en cualquier negociación sobre
reconocimiento y reparaciones por el genocidio. En este escenario, la Diáspora
– y especialmente individuos diaspóricos independientes, sin afiliación a
organización alguna – estaría excluida. Los armenios independientes también
serían dejados afuera en el caso de negociaciones secretas, lo que es otra
posibilidad.
En 1977, en el pico de los ataques de militantes armenios contra
diplomáticos turcos y la campaña de terror del ESALA, hubieron
conversaciones secretas entre una delegación armenia, encabezada por el
entonces ministro de Relaciones Exteriores turco İhsan Sabri Çağlayangil y una
delegación de la Federación Revolucionaria Armenia o Partido Tashnagtsagán. Una
persona directamente involucrada en estas negociaciones dijo que la parte turca
se había acercado a la F.R.A. y propuesto un diálogo. Para su crédito, la
F.R.A. (de acuerdo con esta persona) sugirió que los Ramgavar y los Henchakián
fueran parte de conversaciones que podrían tener importancia crítica para la
nación armenia. Por un número de razones, nada salió de esta reunión, durante
la cual, en líneas generales, la parte turca inquirió a los armenios sobre sus
expectativas acerca de reparaciones. La delegación turca también advirtió al
liderazgo político de la Diáspora que ayudara a detener los ataques contra
diplomáticos y blancos turcos, diciendo que, si Turquía lo deseara, podía
liquidar a todo el partido y el liderazgo comunitario.
Esos eran otros tiempos, con una Armenia Soviética privada de derechos
soberanos. En este tiempo y lugar, no habría justificativos para negociaciones
secretas. Cada individuo armenio, cualquiera sea su afiliación, tiene derecho de voto y voz en el tema de reconocimiento del genocidio y negociaciones
de reparaciones con Turquía. Si la representación de la Diáspora armenia se
limitara al “establishment” de la Diáspora, no sería representativa. Crearía
adicionalmente el riesgo de que los partidos tradicionales monopolicen las
negociaciones en un tema de importancia nacional, excluyendo voces
independientes en las comunidades armenias. Por lo tanto, se necesita diseñar
un modelo democrático.
Los armenios necesitan hablar con una sola voz cuando negocian con Turquía.
Eso no significa que no debería haber una diversidad de opiniones entre los
armenios. Significa que, en el momento en que la delegación armenia se siente a
la mesa con Turquía, la Diáspora debería haber alcanzado un consenso sobre su
posición a través de un proceso democrático. Este artículo es el borrador de un
proyecto para un proceso tal que tiene el objetivo de ampliar la representación
en la medida de lo posible, dando voz a cada individuo armenio en un tema de
importancia nacional que no puede ni debe dejarse solamente a las instituciones
y partidos políticos de la Diáspora.
Principios generales
1) Las comunidades e individuos de la Diáspora constituirán una
Asamblea General bicameral—establecida solamente con el propósito de
escribir una Carta y elegir una delegación que represente a la Diáspora en
negociaciones con Turquía, como parte de una delegación armenia encabezada por
la República de Armenia—que será independiente de todas las organizaciones
armenias existentes. La Asamblea General de la Diáspora para Negociaciones con
Turquía sobre Reconocimiento de Genocidio y Reparaciones no tendrá el poder de
tratar o discutir ningún otro tema que no esté estrictamente vinculadao a
negociaciones con Turquía sobre reconocimiento de genocidio y reparaciones.
Esto significa que no tendrá el poder de tratar temas de relaciones exteriores,
como ser sanciones de Turquía contra Armenia por la guerra de Karabagh, que
pertenecen al gobierno de la República de Armenia, o cualquier tema que caiga
fuera de su competencia estrictamente definida.
Como en muchas democracias, la estructura bicameral es necesaria para
corregir los desequilibrios que crearían un desvío excesivo en favor de
comunidades mayores —incluidos los EE.UU., Francia, el Líbano, Argentina y
otras—y en detrimento de otras pequeñas, como Chile, Etiopía, India, Israel,
Uruguay y Venezuela. El caso peculiar de la comunidad armenia de Estambul
require un tratamiento por separado.
Los individuos armenios y todas las organizaciones armenias, incluidas las
iglesias –Apostólica, al igual que Católica y Evangélica – que
funcionaron en el Imperio Otomano hasta por lo menos 1915 y que todavía existen
hoy, serán representadas en la cámara alta de una Asamblea General semejante.
El modelo de congreso bicameral se adecua perfectamente a las necesidades de
un cuerpo panarmenio semejante. Cada comunidad armenia de la Diáspora estaría
facultada para tener representación proporcional de acuerdo con su número de
componentes registrados en la cámara baja o Cámara de Diputados. Se necesitar
acordar una fórmula; por ejemplo, un representante cada 1.000 componentes.
Comunidades con menos de 1000 componentes (como Venezuela, México y Etiopía,
por ejemplo), pueden automáticamente tener derecho a dos representantes por lo
menos. Una cámara alta, o Senado, con dos representantes por cada comunidad,
además de dos representantes por cada organización armenia que funcionara en el
Imperio Otomano en 1915, corregiría la influencia más gravitante que las
mayores comunidades tendrían en la cámara baja. La Cámara de Diputados y el
Senado tendrían aproximadamente las mismas facultades que tienen en democracias
representativas.
2) Cada armenio de la Diáspora estaría autorizado para votar y ser
candidato a representante en la Asamblea General. Requerimientos de edad, al
igual que otros requerimientos para votar, deberían ser universales para todas
las comunidades de la Diáspora para el solo propósito de la Asamblea General de
la Diáspora. Ciudadanos de la República de Armenia, incluyendo aquéllos que
viven fuera de Armenia, no tendrán atribuciones para participar en función
alguna en la Asamblea General de la Diáspora, dado que serán representados por
la República de Armenia en negociaciones con Turquía sobre reconocimiento y
reparaciones por el genocidio.
Organizar el voto demandará un esfuerzo conjunto de las organizaciones
comunitarias, estableciendo todas las regulaciones y controles necesarios para
asegurar una votación justa.
3) Los requerimientos para probar la descendencia armenia pueden
basarse en los requeridos por el estado armenio para otorgar ciudadana armenia
dual a personas nacidas fuerza de Armenia. Dadas las dificultades que pueden
surgir para probar la descendencia armenia en la Diáspora cuatro generaciones
después del genocidio, la prueba de descendencia armenia (con al menos un
bisabuelo de origin armenio) debería incluir al menos uno de los siguientes:
a) un certificado de bautismo de la Iglesia Armenia o de una iglesia armenia
de cualquier denominación que declare la identidad armenia;
b) un certificado de bautismo de uno de los padres de la Iglesia Armenia que
declare la identidad armenia;
c) un certificado de nacimiento de un país que declare la nacionalidad y/o
identidad armenia;
d) un certificado de nacimiento de un país que declare que la nacionalidad
y/o identidad de uno de los padres es armenia;
e) prueba de concurrencia y/o de graduación de una escuela armenia;
f) prueba de participación o membresía en cualquier iglesia amenia de
cualquier denominación o cualquier organización armenia;
g) cualquier otra prueba o testimonio que demuestre descendencia más allá de
duda razonable.
4) La delegación armenia en negociaciones con Turquía será encabezada
por la República de Armenia, como la única heredera de los estados armenios que
la precedieron. La representación de la Diáspora se subordinará a la delegación
de la República de Armenia. Mientras que los reclamos de la Diáspora son igualmente
importantes y merecen escucharse, Armenia tiene una apuesta crítica en
cualquier negociación con Turquía como un vecino inmediato, con intereses
vitales en juego, incluyendo la defensa. Esto es especialmente cierto cuando
este vecino inmediato tiene intereses comunes con otro enemigo-vecino que
flanquea Armenia por el este, Azerbaiyán, con quien el país todavía se
encuentra en un estado de guerra, a pesar de un cese de fuego relativamente
frágil.
Ninguna demanda diaspórica puede o debe comprometer los intereses vitales de
Armenia. Los intereses del solar patrio están por encima de todo. Armenia tendrá la
palabra final en cualquier negociación con Turquía. Los intereses y la
seguridad de la República de Armenia, como entidad sobreviviente del solar
armenio, se anteponen y son de importancia suprema.
5) La República de Armenia tendrá la última palabra en temas
relativos a reclamos territoriales sobre las tierras de Armenia occidental y
Cilicia, todas las decisiones relativas a tratados entre Turquía y Armenia, al
igual que todo otro tratado que concierna o afecte las relaciones entre ambos
estados. Todos los asuntos relacionados con reclamos territoriales soberanos
estarán estrictamente fuera de la competencia de la Asamblea General de la
Diáspora.
6) En estrecha coordinación con el estado armenio, la Asamblea
General de la Diáspora preparará un borrador de estatuto que establece los
principios de negociaciones con Turquía y los temas para negociar con Turquía,
incluyendo, pero sin limitar:
a) reconocimiento del genocidio por Turquía (y temas relativos a fraseología
y anuncio, lo que es admisible y lo que no lo es);
b) reparaciones por cada individuo armenio asesinado, desplazado o
desaparecido durante las masacres y deportaciones de 1915 desde las provincias
armenias del Imperio otomano, al igual que Estambul y otras localidades en el
Imperio otomano (y cómo contarlos, y desarrollar una fórmula para calcular
reparaciones por la pérdida de vidas);
c) restitución de propiedades perdidas y compensación (y qué hacer en las
raras instancias en las que los tribunales turcos han devuelto propiedades a
tenedores de títulos de propiedad y ya han solucionado reclamos de seguro).
7) Establecer un espacio físico para una Asamblea General semejante
será costoso. Las organizaciones armenias no están en posición de embarcarse en
un esfuerzo tan costoso. Merced a la tecnología disponible, es más que factible
que se convierta en una Asamblea General virtual, con sesiones desarrolladas
por videoconferencia.
8) Esta Asamblea permanecerá en sesión hasta que comiencen
negociaciones con Turquía, cuando elegirá una diputación para representar a la
Diáspora en la delegación de la
República de Armenia. La Asamblea entrará en receso al inicio de negociaciones
con Turquía y por el tiempo que las negociaciones continúen.
9) La Asamblea se renovará cada cuatro años
en elecciones generales mundiales.
10) La Asamblea se disolverá cuando y si se alcanzara un arreglo final
con Turquía sobre reconocimiento de genocidio y reparaciones.
***
Como se hiciera notar previamente, esta propuesta es simplemente el borrador
de un proyecto. Es una iniciativa individual y se presenta aquí con la
esperanza de que pueda sentar establecer las bases para un cuerpo representativo más
profundo y abarcativo de toda la Diáspora que ayude a negociar un tema de
importancia vital para la nación armenia.
"The Armenian Weekly," 2 de junio de 2013
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