Mientras Turquía continúa la
alharaca por la falta de disculpas de Israel por el ataque al barco "Mavi
Marmara" en mayo de 2010, todavía está lejos de ver la viga en
el ojo propio: una disculpa a sus propios ciudadanos griegos, armenios y judios
que vivieron la noche infernal del 6 al 7 de septiembre de 1955, que no en vano
ha sido catalogada de "pogrom". Un comunicado de prensa emitido el 3
de septiembre por Jean Varoujan Sirapián, presidente-fundador del Instituto
Tchobanián de París, nos exime de mayores comentarios.
En la noche del 6 al 7 de septiembre de 1955, los ciudadanos griegos, armenios
y judíos de Estambul vivieron el infierno.
En el momento en que todos los medios hablan una
y otra vez del aniversario del 11 de septiembre de 2011, este acontecimiento de
1955, que tuvo consecuencias mucho más importantes –porque fue el punto final
del plan de turquificación fanática de la república kemalista que causó la
partida de toda una generación de armenios y también de griegos—pasa completamente
desapercibido.
Cuarenta años después del genocidio de 1915, el
Estado turco puso en práctica un plan diabólico, inicialmente programado para
1953 (500° aniverdario de la toma de Constantinopla),
para “tirar al mar” a los últimos griegos que quedaban en Estambul. En la noche
del 6 al 7 de septiembre, hordas de fanáticos, manipuladas por
ultranacionalistas, tomando como pretext la explosión de un bomba (en realidad
colocada por un miembro del MIT) delante de la casa de Atatürk Salónica, fueron
llevadas en ómnibus a Estambul para “cazar al griego”.
Superados por los acontecimientos, los
organizadores de esta “operaciön” perdieron el control de las masas, y bajo la mirada
de las fuerzas del orden, los asaltantos, embriagados y sobreexcitados,
asesinaron, violaron, destruyeron casas y negocios pertenecientes a las
minorías, saquearon iglesias...
Excepción hecha de algunos subalternos, nadie fue
inculpado por estas exacciones. El colocador de la bomba, Oktay Engin, fue
recompensado años después. Se convirtió en prefecto [gobernador] y luego
director de los servicios de seguridad. Muchos griegos y armenios abandonaron
definitivamente el país en los años siguientes.
Turquía, que exige hoy excusas a tal o cual país,
no ha presentado en momento alguno excusas a sus ciudadanos que sufrieron esta
violencia psíquica y psicológica traumatizante. En 2005, con motive del 50° aniversario), una
exposición de fotos en Estambul que narraba estos incidentes fue arrasada por
ultranacionalistas sin que las fuerzas del orden intervinieran.
Jean Varouján Sirapián
Presidente-fundador
del Instituto Tchobanián
París
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