12.1.11

Los emos en Ereván

Vartán Matiossián


Uno camina por Ereván y de tanto en tanto se encuentra con graffitis que dicen “Emo”. La mención de una amiga en la Argentina de que sus alumnos estaban interesados por saber si había emos en Armenia fue lo que nos impulsó a preparar esta nota.
Si el caminante es un turista, puede saber que existe una corriente juvenil llamada “emo” (del inglés emotional), nacida de cierto tipo de música rock (Avril Lavigne, Tokio Hotel, etcétera). Si es un local, hasta hace poco ese graffiti no le decia nada. Pero cuando comenzaron a aparecer adolescentes seguidores (el primer “emo”, según parece, data de 2007), una sociedad bastante reacia a todo lo “extraño”, especialmente cuando su estética parece no tener una explicación razonable, tomó nota. Una periodista, Ashjén Keshishián, los describe así: “Se puede encontrar a estos adolescentes de 12 a 18 años, por lo general chicas, en conciertos de rock. Tiene un rostro deprimido, indiferente y melancólico; sacuden las cabezas con los movimientos de rock, se entregan fanáticamente a la música, y luego se van del concierto con la misma apariencia ‘dolida’. Se los reconoce en la calle por los brazaletes de tela en las manos, el peinado inclinado, el pelo y las uñas pintadas de negro, ropas negras y rosadas, jeans. Usan el pelo cubriendo uno o ambos ojos, cadenas gruesas en el cuello, prendedores, bufandas, anteojos oscuros, cinturones rosados o negros, etcétera. En general, deben tener una apariencia muy expresiva y diferenciada” (Hraparak, 27 de septiembre de 2009).
Una “emo girl”, identificada como Nika, definió su movimiento: “Somos teenagers que no se avergüenzan de sus emociones”. Puede entenderse este concepto, ya que no es habitual que los jóvenes (y los mayores, para el caso) expresen sus sentimientos públicamente. Leemos en la misma nota: “Siempre están muy tristes o en depresión constante. No ocultan su tristeza del entorno, sino que por el contrario quieren que la sociedad vea su estado de tristeza. Los emos en estado de depresión constante hasta intentan infligirse algún daño, tanto físico como espiritual, y a menudo prueban el suicidio. Incluso existe la opinión difundida de que a los 18 años tienen que suicidarse. Pero eso no es tan así, probablemente al llegar a los 18 los emos ‘recapacitan’ y no se suicidan, y en Armenia, afortunadamente, aún no se ha registrado casos de suicidio de emo-jóvenes.” Uno que no ha vivido esa época rememora a Françoise Sagan y el furor de su novela Bonjour tristesse (“Buenos días, tristeza”) en la década de 1950, que parece recrearse en versión siglo XXI…
Esto era en 2009, cuando había un solo “emo boy” declarado en Ereván, Argam Babayán (18), quien decía que la gente lo insultaba al caminar por la calle debido a su apariencia: “Me señalan con el dedo, dicen que soy una chica, o me preguntan si soy un varón o si soy gay”. Según la periodista Siranush Galstyán, Argam, quien vive con sus dos hermanas, tenía problemas con su padre, quien “ahora no vive con nosotros, vive con su segunda esposa en Echmiadzín después de la muerte de mi madre. Pero cuando viene a Ereván, siempre provoca discusiones conmigo. Y entonces es cuando quiero irme de casa”. Argam vive con sus dos hermanas. Su amiga Nelly Movsisyán, de la misma edad, “emo girl” desde los 16, afirmó que “a veces estamos muy, pero muy tristes, y entonces nos podemos volver ingobernables” (Armenia Now, 5 de junio de 2009).
En el último año, parece que la situación se ha vuelto más volátil. Circularon versiones de que un adolescente emo se había suicidado y la policía de Ereván tomó medidas. El 18 de noviembre, siete chicas fueron detenidas por la policía durante cuatro horas en el parque del tren infantil, cerca del río Hrazdán, e interrogadas sobre los motivos por los que usaban aros en distintas partes del cuerpo y estaban vestidas con colores de emos. Las jóvenes afirmaron a la prensa que no tenían nada que ver con los emos y que todo comenzó cuando una de ellas, que portaba pendientes con forma de calavera, sostuvo una discusión con un empleado del parque y luego apareció la policía. Activistas de derechos humanos dicen que esto es acoso y abuso de poder. Zara Ghukasyán, madre de una de las detenidas, afirmó: “Simplemente suponen que todos los chicos que están vestidos de manera informal son criminales en potencia. Esto es horrible. Me recuerda 1937, cuando agarraban a la gente en la calle y la detenían.” La policía afirmó que las detenciones se produjeron por mala conducta y posesión de un cuchillo por parte de una de las menores (ArmeniaNow, 19 de noviembre de 2010).
La escalada ha llegado más allá. El jueves 2 de diciembre pasado, según ArmeniaNow (3 de diciembre de 2010), representantes de una organización que dice ser la rama juvenil de la Unión de Veteranos de la Policía realizó una marcha pacífica con el lema “Luchemos juntos contra la perversión traída de afuera” para expresar su disgusto hacia los emos, quienes, aparentemente, incitan a los escolares a cometer suicidios y realizar “perversiones.” Participaron muchos jóvenes de 16 a 20, quienes en su mayoría no han tenido contacto significativo con emos. El jefe de la organización, Hayarpí Alaverdián, afirmó que se habla de un solo caso de suicidio, pero “creemos que el número de esos chicos es mayor, si miramos más de cerca. Todos somos futuros padres y no queremos que nuestros hijos enfrenten esa amenaza”. A fines del mes pasado, la subjefa de la tercera sección de investigaciones criminales del Departamento de Policía, Cnel. Nelli Duryán, dijo que 13 menores se suicidaron y otros 25 lo intentaron en lo que va de 2010, mientras que el total para 2009 fue de 23, lo que implica, agreguemos, un aumento de casi 70 por ciento. Sin embargo, la oficial de policía no hizo conexión alguna entre los suicidios y los emos.
Los participantes en la marcha dijeron que habían escuchado que a menudo se encuentran objetos cortantes (hojas de afeitar) en los libros de texto de algunos emos y que éstos se reúnen en el túnel que conduce al tren infantil o cerca de Cascade y “se dedican a diferentes perversiones”. Narek Grigoryán, de 16 años, dijo que la mayoría de los emos sólo intentan reafirmarse con esta clase de actitudes: “Yo he hablado con estos jóvenes y entendí que sólo fingen hacer lo que hacen .Simplemente existe el riesgo de que pueden unirse a los que dedican a actos perversos y otras cosas peligrosas”, dijo.
Como canta Joan Manuel Serrat, “cada quien es cada cual y baja las escaleras como quiere”. No obstante, para quienes sólo ven una moda musical en todo esto, nos vienen a la memoria Sid Vicious, el bajista del grupo de punk rock Sex Pistols, y su novia Nancy Spungen, quienes se quitaron la vida en 1979, y el caso más reciente de otro suicida, Kurt Cobain, el líder de Nirvana (1994). Los excesos pueden conducir a callejones sin salida.

(Especial para "Armeniaca")

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